jueves, 6 de junio de 2013

Las Hojas

El viento escribe sus propias palabras, las hojas
de los árboles danzan sometidas a tal voluntad.
Pareciera que disfrutan de su tiranía. Si hasta 
se visten de gala cuando la brisa llega. 
Bailan, felices. Observan, gustosas.
Yo las miro, las amo. Su color. Verde, amarillo, naranja,
rojo, café... siempre se visten diferente
Yo, simplemente, les presto atención.
Cuando escucho el crujir de las hojas viejas, no sé...
es un gusto y placer, como para algunos el sexo y para otros el dinero.
Para mí es placer escucharlas. Parece que saben que las estoy mirando. "Cuchichean" entre ellas. Yo, las observo.
El viento quema la piel. Es otoño. Por frío o por calor me quemaría de todos modos. Y ahí están.
Las hojas, de los árboles. Es curioso que escriba en una hoja, de cuaderno (nuevo, viejo, da lo mismo) y que el viento escriba entre las hojas, de los árboles, su melodía (a veces suave, A veces, no tanto). Amar escribir, igual que el viento.
Amar ver volar la tinta sobre las hojas; y el viento ama hacer bailar las tiernas ramas de un árbol. Lo hace por su complicidad con las hojas, de los árboles.

Don V.

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